Su Carro
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Existe una leyenda que explica que, el día en el que se enterró a Jesucristo en su sepulcro, había un conejo observándolo todo. Este también fue testigo del momento en el que Jesús resucitó y quiso contarle a todo el mundo las buenas noticias. Al no poder comunicarse con los humanos, decidió pintar un huevo para contarlo.